En febrero el agua del Lago Chapala parece un espejo, y en él se reflejan lanchas, aves y los domos volcánicos que rodean al embalse natural más grande de México.
En el norte del lago hay una decena de pequeños pueblos, conocidos como la Ribera de Chapala, donde se vive en modo oasis: la calma y el silencio emanados del lago se difunden, y la violencia que da de qué hablar en otras regiones del estado Jalisco, por acá no se siente..